Aunque suene extraño existen miles de personas que tienen fobia de sentarse en la silla del dentista, escuchar los zumbidos de las herramientas y sentir el frío de las mismas al entrar a su boca, asocian la palabra odontólogo con dolor, inflamación y molestias; pero posiblemente sea un patrón que se repita durante diferentes generaciones en la familia.
En algún momento de tu vida seguramente tuviste miedo a una consulta odontológica, pero lo más probable es que lo hayas superado sin problemas, para que esto suceda es importante acudir con un profesional que nos genere confianza, empatía y resuelva las dudas que tengamos en determinado momento.
Sin embargo a pesar del buen trato que nos lleguen a proporcionar los odontólogos, muchos pacientes no superan este miedo acompañándolos durante toda su vida transmitiéndolo luego a sus hijos, este problema tiene una explicación a nivel científico que ha sido explorada por diferentes investigadores, en la Universidad del Rey Juan Carlos en Madrid realizaron un estudio que resaltó la importancia de los progenitores en la transmisión de fobias y miedos al dentista en la familia.
Por lo tanto diferentes temores de padres e hijos están directamente asociados, que sin darse cuenta una expresión, frase o gesto llega a desencadenar reacciones internas en la psiquis de los pequeños haciéndoles saber que no será una experiencia agradable.
América Lara Sacido una de las autoras del estudio, expresó lo siguiente “junto con la presencia de transmisión emocional del miedo al dentista entre los miembros de la familia, hemos identificado el papel relevante de los padres con respecto a las madres en el contagio de esta fobia”, indicando que los hombres son los principales responsables en la transmisión de este tipo de miedos.
Otra investigación publicada en el International Journal of Pediatric Dentistry, analizó a 183 niños entre 7 y 12 años en la Comunidad de Madrid y a sus progenitores, los resultados son consistentes con las investigaciones previas en las que se encontró que los niveles de miedo de padres, madres e hijos están netamente correlacionados.
Los padres son un factor clave en la formación del carácter y valores en los niños, pero también llegan a inducir miedos hacia ciertas actividades rutinarias sin darse cuenta, la mayoría de los estudios están de acuerdo que cuanto mayor sea el nivel de ansiedad o miedo en algún miembro de la familia, más lo sufrirá el resto.
Por eso es tan importante que los padres controlen sus emociones y reacciones para evitar que sus hijos adopten y repitan el mismo patrón, los expertos recomiendan que una de las mejores formas de prevenir este problema es involucrar a los padres desde las primeras etapas en charlas y talleres para trabajar sus miedos.
Es normal que antes de llevar a nuestros hijos al dentista pasen por la mente pensamientos como ¿Tendrá caries?, ¿Y si le duele? O ¡No quiero que llore! Pero al final del día todos estos miedos retrasan las visitas al odontólogo aumentando los riesgos de padecer cientos de enfermedades bucales a temprana edad, a continuación te dejamos algunos ejemplos de lo que debes o no hacer al acompañar a tus pequeños al dentista:
- Evita mencionar palabras como taladros, agujas o miedo y más bien adapta tu vocabulario a las palabras que usa el especialista, dentro de la odontopediatría se suelen hacer similitudes con juegos para que los niños se sientan en confianza, mencionando naves espaciales, mariposas y vaqueros que deben salvar al mundo.
- ¡Felicítalo! Por ser tan valiente, al terminar puedes tomarle una foto como recuerdo de esa experiencia inolvidable.
- Muchos padres suelen cantar y exagerar el refuerzo positivo, aunque son herramientas geniales utilizadas en exceso lo único que causan es poner nervioso a los niños dificultado la revisión o tratamiento a realizar.
- Haz casos las indicaciones del dentista, la mayoría de los odontopediatras recomienda que el niño pasa sólo a la consulta para evitar que busquen la protección de sus padres.
- Evita utilizar teléfonos celulares, Tablet u otros dispositivos durante la consulta ya que tu pequeño necesita el apoyo de mamá o papá durante esta nueva experiencia.
- Si te sientes muy angustiado por lo que pueda pasar, pídele a tu pareja o abuelos que acompañen al pequeño durante la consulta, así evitarás contagiarle toda la ansiedad.
Recuerda que al transmitirle miedos, fobias y otras sensaciones negativas a nuestros hijos no solo estamos haciendo que se sientan mal durante la consulta odontológica, otras actividades relacionadas con este tema como cepillarse los dientes, usar enjuague bucal, hilo dental y hasta practicarse un simple rayos X será una tortura y es lo último que deseamos, sin hablar que al evadir estas prácticas los índices de caries dentales, gingivitis, y enfermedad periodontal aumentan junto a otros problemas bucodentales que aparecerán en cuestión de meses.
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