Seguramente leíste el título y te preguntaste ¿Esto será cierto? Comencemos hablando sobre el cloro, éste es un elemento antibacteriano utilizado en el agua potable, tanques y albercas para eliminar microrganismos dañinos, aunque es un desinfectante químico genial y necesario sus efectos sobre nuestra salud dental son motivo de preocupación para muchos.
Ciertamente el cloro que tomamos del agua del grifo o de la llave no es suficiente para causar problemas dentales, pero al sumergirnos frecuentemente en albercas con demasiado cloro que contienen niveles de pH inadecuados nos estamos exponiendo a experimentar manchas y erosión en el esmalte dental, inevitablemente mientras nadamos el agua se filtra en la boca y en los últimos años se han recolectado cientos de pruebas que demuestran la conexión entre albercas inadecuadamente cloradas y daños en los dientes.
Un Colegio de Odontología en U.S.A. recolectó datos de un paciente que informó sentir sus dientes extremadamente sensibles, manchas oscuras y pérdida rápida de esmalte durante un período de cinco meses, en ese lapso inicio una rutina de natación de 90 minutos en la alberca de su patio trasero, la doctora encargada de la investigación señaló que el agua en las albercas se convierte en una amenaza para los dientes cuando su nivel de pH cae por debajo de 7.
Cuando el esmalte se desgasta los dientes suelen decolorarse y lo más curioso es que los bordes delanteros se observan transparentes, en etapas posteriores el individuo tendrá sensibilidad dental extrema al consumir alimentos calientes o fríos, lo peor del caso es que cuando el esmalte se erosiona el cuerpo no es capaz de repararlo siendo necesario acudir con especialistas, en este caso sería al odontólogo.
El nivel de pH óptimo en una alberca es entre 7.2 a 7.6 y se considera base, en general los sólidos se disuelven en ácidos y después se precipitan o vuelven a ser sólidos de nuevo en bases, esto significa que en una alberca el calcio y los minerales presentes en la boca se endurecen en los dientes en lugar de disolverse como lo harían si el pH fuera ácido, por esta razón el cloro en altas concentraciones provoca que las proteínas en la boca se descompongan y reúnan con otros minerales formando un depósito duro y amarillento en los dientes.
Un artículo realizado por la Academia de Odontología General en U.S.A. afirma que: “Los nadadores que están en el agua más de seis horas a la semana, exponen sus dientes a grandes cantidades de agua tratada químicamente. El agua de la alberca contiene aditivos químicos como los antimicrobianos, que dan al agua un pH más alto que la saliva, causando que las proteínas salivales se descompongan rápidamente y formen depósitos orgánicos en los dientes del nadador. El resultado es el cálculo del nadador, donde se observan depósitos duros de sarro color café, que aparecen predominantemente en los dientes frontales”
Por esa razón los nadadores tienen más probabilidades de presentar manchas de color amarillento o marrón oscuro en los dientes, la buena noticia es que asistiendo regularmente al dentista es posible eliminar todas estas manchas sin problemas
Ahora vamos a ver el caso contrario, cuando el pH de las albercas está por debajo de 7, esto también es peligroso para los nadadores y al llegar a una rango de 5.5 comenzará a desgastar el esmalte dental de forma sorprendente, similar a lo que sucede con la ingesta de bebidas energéticas.
Por esa razón una alberca con un pH por debajo de 7 no causará daños, pero si empieza a bajar más encontrará una forma de convertirse en ácido generando estragos que se notarán con el tiempo, esto es común en las albercas cloradas con gas porque rápidamente se forma ácido hipocloroso, pero lo normal es que las albercas neutralicen este ácido con una base fuerte como por ejemplo la ceniza.
Es importante acotar que el pH bajo de las albercas por sí solo no genera problemas dentales de inmediato, debe ir acompañado de una dieta inestable, ingesta excesiva de bebidas energéticas e incluso un cepillado demasiado brusco, en los últimos 30 años la mayoría de las albercas han sido más cuidadosas probando el pH del agua para asegurarse que no sea demasiado ácido, pero todavía se presentan casos aislados por mantenimiento inadecuado.
Dado que el nivel de pH en el agua es invisible a nuestra vista, ¿Cómo sabemos si es seguro tomar un chapuzón? Solo sigue estos consejos para mantener tus dientes sanos:
- Si estás en una alberca pública o en unas vacaciones tropicales, observa detenidamente los revestimientos de la alberca, barandillas y escaleras, cuando el agua es demasiado ácida se come estas superficies brindando una apariencia oxidada, claro está no pasa nada si te sumerges una vez; pero estar horas dentro del agua por varias semanas tendrá sus estragos a futuro.
- Otra opción más especializada es usar tiras de pH en el agua, estas te permitirán comprobar su nivel de pH recuerda que debe estar entre 7.2 y 7.6 en la escala.
- En última instancia utiliza un cepillo de cerdas suaves, limpia tus dientes regularmente y usa una pasta dental diseñada específicamente para cuidar la salud de tú esmalte, este mantiene los dientes fuertes y evita los efectos dañinos del cloro en ellos.
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