Cuando aparece el primer diente de leche repleto de saliva, molestias y en algunos casos fiebre, muchos padres se preguntan ¿Y ahora qué hago? O ¿Cómo mantengo este nuevo diente limpio y sano? La respuesta es muy sencilla y al terminar de leer el artículo la descubrirás, pero antes que nada debes conocer una regla general y es que hasta los 7 años tu hijo necesitará ayuda para cepillarse los dientes.
Al principio puede que no sea una experiencia placentera para que los niños no se resistan, la pasta de dientes se riegue por todos lados y tampoco es divertido para los padres, si apenas tienes tiempo para cepillar tus dientes mucho menos los de alguien más pero no te desesperes que para esto existe una solución.
¿Cuál es el mejor enfoque?
Cepillar los dientes de tu hijo a la fuerza no es una opción porque resultaría en resentimiento e incluso fobia dental que lo acompañará por el resto de su vida, y la idea es inculcarles hábitos de higiene bucal desde edad temprana para que no forme parte del 50% de la población que busca atención dental sólo cuando presenta dolor, lo cual es horrible desde el punto de vista preventivo.
Lo primero que puedes hacer antes de tratar cepillar los dientes de tu hijo es que te vea siempre cepillándote, de esa forma le enviarás un mensaje directo de que es algo rutinario y seguro sin mencionar que eres su modelo a seguir; algunas padres tararean canciones junto a sus niños para hacer el momento más ameno, usan relojes de arena o melodías de fondo que duran entre 2 a 3 minutos para saber cuándo parar y eliminar toda la placa bacteriana, en realidad cada familia tiene un método diferente que se adapta a su rutina y estilo de vida.
Un punto importante es mantener esos métodos de los que hablábamos anteriormente aun cuando el niño crezca de esta forma crearás un hábito que conservará incluso en su adultez, algunas personas le dan poca importancia a este tema pero enseñarles a los niños como cepillar sus dientes correctamente es tan fundamental como decirles que deben mirar hacia ambos lados de una calle antes de cruzar, usar el cinturón de seguridad o ponerse protector solar todos los días.
A continuación te dejamos algunos trucos prácticos y sencillos para que cepillar los dientes de tu hijo sea una experiencia placentera, así como un hábito que perdure hasta la edad adulta:
- ¡No limites el cepillado a la hora del baño!
Ciertamente esta es una herramienta genial para los primeros años de vida, pero es importante hacerles saber que también deben cepillar sus dientes después de comer, ir al parque o antes de dormir, es sumamente importante no limitar sus experiencia del cepillado a edad temprana porque lo acompañará de por vida.
- La pasta de dientes en algunos casos es opcional
Hay niños que sienten la necesidad de morder o escupir constantemente haciendo el proceso más difícil y desordenado, en estos casos los mejor es usar una pasta dental con sabor a frutas que es más tolerable a su paladar u omitir su uso si estás en la calle.
- ¡Ponte frente al espejo!
No tendrás mucho éxito si sientas a tu hijo en el inodoro y más atrás vas tú con el cepillo de dientes, en su lugar lo mejor es ponerte con él o ella frente al espejo y ayudarlo a cepillarse para promover su independencia (dependiendo de la edad), ¿Qué pasa si lo hace mal? Sólo debes ir corrigiendo, supervisar y de ser necesario culminar el cepillado en las áreas más complicadas.
- ¡No uses gasas!
Seguramente has leído en internet que los dientes del bebé deben limpiarse con gasas, pero estas sólo deben usarse cuando no ha erupcionado ningún diente de leche. Aunque algunos expertos indican que el uso de gasas confunde al bebé y lo mejor es ofrecerle un cepillo dental con cerdas suaves desde pequeño para que se acostumbre a su textura, lo muerda, juegue y lleve a la boca.
- Hazle entender a tus hijos que la higiene oral es su prioridad
Muchas veces tenemos un horario ocupado, trabajo y tareas acumuladas en el hogar haciendo que dejemos a un lado el cepillado y uso del hilo dental, el problema con esto es que nuestros hijos copian el patrón, lo interpretan como una tarea secundaria y por eso lo realizan volando, cuando veamos estos comportamiento es vital que inmediatamente modifiquemos el mensaje que le enviamos a nuestros niños en cuanto a su salud bucal.
- Planea una actividad familiar
Así como la cena es una actividad familiar es posible hacer que el cepillado dental sea un momento en donde la familia se reúne en el baño en las mañanas, después de comer o ir a la cama, de esta forma podrán compartir momentos juntos mientras cuidan su salud oral.
Si tu hijo tiene entre 1 y 2 años cepilla los dientes de tu pareja para que se interese en la actividad, deja que tu hijo cepille tus dientes, por último los de él o ella y verás cómo su receptividad cambia radicalmente.
- ¡Mantente positivo!
Lo peor que puedes hacer es amenazar a tu hijo con el cepillado, no le digas que si olvida cepillarse tendrá que ir al dentista como si fuera un castigo porque empezará a crear conceptos totalmente erróneos que lo acompañarán por unos cuantos años.
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